El momento en el que una persona recibe la noticia de que tiene cáncer supone un cambio muy importante en su vida. La reacción puede ser diferente en cada persona, pero en general se suele pasar por varias fases hasta que se acepta por completo. Afrontar el diagnóstico del cáncer es una prueba muy dura, pero el proceso resultará un poco más sencillo con el apoyo de nuestros seres queridos.
Cómo afrontar el diagnóstico del cáncer
Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) cada persona es diferente y, por tanto, cada uno reaccionará de forma única ante el diagnóstico. Sin embargo, existen una serie de sentimientos que suelen ser comunes a todos los enfermos.
En una primera fase, que suele durar desde varios días a unas pocas semanas, el paciente suele experimentar un shock caracterizado por sentimientos de fragilidad, vulnerabilidad e inseguridad. Pasada esta etapa, los sentimientos evolucionan hacia la negación y la incredulidad e incluso se puede llegar a pensar que el diagnóstico tiene que estar equivocado. Posteriormente, se pasa por una fase de tristeza, impotencia y depresión, que termina con la aceptación de la enfermedad en el momento en el que se empieza a recibir el tratamiento.
Para ayudar a que todo el proceso sea lo más llevadero posible existen una serie de recomendaciones que tenemos que intentar seguir:
No sentirse culpable
Algunas veces los enfermos tienden a pensar que podían haber hecho más por evitar el cáncer o que podían haberse dado cuenta antes de su enfermedad. Pero el paciente debe ser consciente de que el cáncer no es culpa suya, ya que es consecuencia de la combinación de múltiples factores.
Informarse sobre la enfermedad
Aunque a veces podamos sentir miedo a conocer los detalles de la enfermedad y el tratamiento, contar con la mayor información posible puede ayudarnos a tener una sensación de control sobre lo que está pasando y sobre los obstáculos a los que nos tendremos que enfrentar. En este sentido, también es importante que conozcamos cómo van a afectar a nuestra imagen los efectos secundarios del tratamiento. Toda esa información la podemos obtener de nuestro médico, así que no debemos dudar en realizarle las preguntas que consideremos oportunas sobre el proceso.
Expresar los sentimientos
Sentir desesperanza, incertidumbre o tristeza durante el proceso es algo normal y no tenemos por qué ocultarlo. Desahogarnos nos ayudará a sentirnos mejor, mientras que guardarnos para nosotros esos sentimientos hará que se incremente nuestro malestar.
Apoyarse en familiares y amigos
Durante el proceso oncológico habrá momentos de debilidad, en los que incluso para los más optimistas será difícil sacar fuerzas para seguir adelante. En estos momentos el apoyo de nuestros seres queridos se hará más necesario que nunca, por lo que no debemos dudar en recurrir a ellos para compartir nuestros miedos y recuperar la esperanza en los momentos más duros.