Situación actual
El incremento de la población, su envejecimiento, el diagnóstico precoz y los hábitos de vida poco saludables explican que el cáncer se esté extendiendo en España más rápido incluso de lo previsto, siendo el pronóstico actual que una de cada tres personas tendrá cáncer a lo largo de su vida. Paralelamente, gracias a la investigación, la supervivencia en cáncer mejora año tras año, habiendo aumentado un 20% durante los últimos 20 años. La combinación de estas tendencias apunta a un fuerte incremento en la ratio de población que se habrá enfrentado a una enfermedad oncológica a lo largo de su vida en los próximos años, lo cual se traduce en que cada vez va a ser más habitual tener conocidos y familiares que estén luchando contra esta enfermedad o que ya la hayan superado.
Consecuencias del cáncer
El cáncer en sí supone una pérdida, en primer lugar de salud en la persona y en segundo lugar de su apariencia física, que es la base de la identidad individual. Estas pérdidas suelen producir una situación de estrés agudo y duelo posterior que afectan emocionalmente al paciente en su recuperación. Esto se debe tanto a las huellas en forma de cicatrices que dejan los propios tratamientos, como a los efectos secundarios de los mismos, principalmente la pérdida de pelo, los problemas nutricionales, alteraciones en la piel y en las mucosas. Estos cambios físicos y psicológicos que experimenta el paciente en el transcurso de su enfermedad, unido a las limitaciones en las actividades diarias y al estigma de la enfermedad puede ocasionar cambios en su autoestima.
Necesidades de los pacientes oncológicos
Existe una necesidad del paciente oncológico, a la que no siempre se le da la suficiente importancia, pero que es fundamental para su recuperación y bienestar: acercar la Medicina Estética y la Nutrición a los pacientes oncológicos para ayudarles a superar las pérdidas sufridas es la principal razón de la creación del Proyecto OnME, impulsando avances desde la investigación tanto en los tratamientos como en productos específicos destinados no sólo a su recuperación sino también a la prevención, reduciendo el riesgo de la aparición de enfermedades oncológicas o de sus recidivas.