Este jueves 15 de junio a las 17.30 horas, en el Salón de Actos de Caja Siete, el Proyecto OnME junto con la Asociación de Cáncer de Mama de Tenerife, dará su primera jornada informativa a las pacientes de cáncer de mama, de la mano de la Dra. Dunia Kozo con el título: “¿Cómo recuperar el peso después de los tratamientos oncológicos y mantener el equilibrio nutricional?”.

Se inicia así un ciclo de charlas dirigidas a los pacientes oncológicos, que tratarán aquellos temas de bienestar físico y salud que más frecuentemente preocupan a este colectivo.

Solamente de cáncer de mama, en Canarias se diagnostican unos 1200 nuevos casos al año y el Proyecto OnME inicia este programa de divulgación en nutrición y medicina estética con el fin de extender la necesaria relación médico oncólogo-médico estético-paciente porque “cuánto más conocimientos tenga un paciente sobre  la recuperación de su imagen corporal, después de los tratamientos contra el cáncer, menos riesgo tendrá de caer en información errónea o tratamientos no adecuados, que podrían ser inefectivos o incluso peligrosos para su salud”.

El Proyecto OnME pone en marcha esta iniciativa con la voluntad de acercar a los pacientes información, consejos y recomendaciones de cómo mejorar su calidad de vida cuando se convive con esta enfermedad.

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El Proyecto OnME, respaldado por las asociaciones ACAME (Asociación Canaria de Medicina Estética), GEMEON (Grupo de expertos en Medicina Estética Oncológica) y AMATE (Asociación de Cáncer de Mama de Tenerife), ha arrancado con el objetivo de acercar la Medicina Estética y la Nutrición a los pacientes oncológicos y ayudarles a superar las pérdidas sufridas durante el tratamiento de su enfermedad.

El Proyecto de Medicina Estética Oncológica, Proyecto OnME, nace fruto de la iniciativa de su fundadora, la Dra. Dunia Kozo, para promover un proyecto pionero en Canarias en el que se aplica la Medicina Estética y la Nutrición a la recuperación y bienestar de los pacientes oncológicos. El cáncer en sí supone una pérdida, en primer lugar de salud en la persona y en segundo lugar de su apariencia física, que es la base de la identidad individual. Estas pérdidas suelen producir una situación de estrés agudo y duelo posterior que afectan emocionalmente al paciente en su recuperación. Esto se debe tanto a las huellas en forma de cicatrices que dejan los propios tratamientos, como a los efectos secundarios de los mismos, principalmente la pérdida de pelo, los problemas nutricionales y las alteraciones en la piel y en las mucosas. Estos cambios físicos y psicológicos que experimenta el paciente en el transcurso de su enfermedad, unido a las limitaciones en las actividades diarias y al estigma de la enfermedad puede ocasionar cambios en su autoestima.

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